Este museo cumple la función de mostrar al mundo el horror de una masacre que Estados Unidos llevó a cabo contra ciudadanos surcoreanos en un puente ferroviario al comienzo de la guerra de Corea.
Construido por el estudio METAA, es un prisma de hormigón atravesado por ventanas, huecos de escaleras, galerías y lucernarios; y rodeado por una llamativa celosía de acero corten perforado por orificios circulares.
Posee tres plantas, una de ellas bajo tierra, en la cual comienza el recorrido por el museo. Las salas de exposición son salas oscuras que contrastan con la luminosidad de los pasillos y las escaleras, plagados de ventanas y lucernarios. Los huecos de las escaleras me han despertado un interés especial debido a la forma que tienen de relacionar los distintos pisos del edificio, ya que todos se abren a ellos con ventanas y balcones. También es destacable el prisma que emerge del segundo piso y atraviesa la celosía, actuando como un mirador que se asoma al espacio que rodea el museo.
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